ANÁLISIS: LIBRO APRENDIZAJE INVISIBLE- SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
“Del libro Aprendizaje Invisible”
Hacia una Nueva Ecología de la Educación.
Por Cobo y Moravec
Sociedad
En
el siglo XX, la información necesitaba ser interpretada y requería, por tanto,
de la presencia de trabajadores del conocimiento. El surgimiento de la sociedad se asocia con la
aparición de la sociedad del conocimiento, ya que los humanos son entendidos
como animales sociales, que participan en interacciones sociales y comparten su
conocimiento personal en sistemas cada vez más complejos. Este medio de
sentidos y valores construidos individualmente favoreció durante la segunda
mitad del siglo xx la creación de lo que hoy se conoce como gestión del
conocimiento.
Sociedad del
conocimiento
Una sociedad del conocimiento se refiere al tipo de sociedad
que se necesita para competir y tener éxito frente a los cambios económicos y
políticos del mundo moderno. Asimismo, se refiere a la sociedad que está bien
educada, y que se basa en el conocimiento de sus ciudadanos para impulsar la
innovación, el espíritu empresarial y el dinamismo de su economía.
Las sociedades del conocimiento deben basarse en cuatro
pilares: la libertad de expresión, el acceso universal a la información y al
conocimiento, el respeto a la diversidad cultural y lingüística, y la educación
de calidad para todos.
El conocimiento y la información tienen un impacto
considerable en la vida de las personas. Su asociación, especialmente a través
de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), tiene el poder de
transformar la economía y la sociedad.
Para hacer referencia al impacto
incipiente que los avances tecnológicos provocarían en la economía y en la
sociedad. Drucker (1993) describe el impacto social de la economía del conocimiento en los
sujetos de la sociedad del conocimiento: “En esta sociedad del conocimiento en
la que nos movemos, las personas desempeñan un papel crucial. El conocimiento
no es algo impersonal como lo es el dinero. No se encuentra en los libros, en
las bases de datos o en un software. Éstos sólo portan información. El conocimiento
lo encarna siempre una persona, que es quien lo lleva, quien lo genera, quien
lo aumenta o lo mejora, quien lo aplica, quien lo enseña y quien se lo
transmite a otro sujeto. Por tanto, en esta sociedad son las personas las que
ocupan el centro de todo”
Los
avances en las tecnologías de la información y de la comunicación facilitaron
la amplia producción de significados socialmente construidos. Muchos de estos
avances han surgido gracias a la convergencia de Internet. Por otra parte, la
tecnología ha permitido la aparición de ciudadanos científicos. Personas sin
formación científica que pueden participar, a cambio de donar un pequeño porcentaje
del tiempo de procesamiento de sus ordenadores. El uso de las Nuevas
Tecnologías como herramientas de trabajo genera una nueva asociación entre
ellas y nosotros. Son nuestros “socios” en la vida cotidiana, tanto para
aprender como para enseñar, comunicarnos, negociar, etc. Esto promueve un
cambio de actitud y de hábitos, así como el desarrollo de nuevas estrategias y
competencias comunes en la sociedad del conocimiento y la comunicación.
La
globalización ya no atañe solamente a las naciones y a los mercados, sino
también a las personas. En este contexto uno de los retos es acercar a
educadores y educandos a esta idea de las competencias para la globalización (Reimers,
2009). Aquí habrá de incentivarse la adquisición de conocimientos y habilidades
tanto desde la instrucción formal (escuela, universidad, capacitación) como de
otras experiencias (presenciales y virtuales) y contextos de aprendizaje no
formales (trabajo, aprendizaje a lo largo de la vida, etc.)
Es
relevante tomar en consideración que este “agente del conocimiento” deberá
estar en condiciones de desenvolverse en contextos cambiantes y de
sobreabundancia de datos, siendo capaz de transitar desde el acceso al
conocimiento a su aplicación y/o traducción en nuevos soportes o formatos. Esto
deberá hacerse de manera dinámica, compleja e iterativa, sin renunciar a
conductas éticas y legales que estén a la altura de las demandas de una
sociedad del conocimiento (Straus, Tetroe y Graham, 2009; Sudsawad, 2007).
El
conocimiento juega un papel estratégico en el desarrollo de las sociedades
actuales. Sin embargo, no resulta factible pasarnos toda la vida siguiendo
cursos y adquiriendo nuevos títulos académicos. Es decir, a mayor reconocimiento
del valor de adquirir nuevos saberes y habilidades, mayor importancia habrá de
asignarse a la flexibilización de las estrategias de formación y de adquisición
de capacidades. Desde la perspectiva del aprendizaje invisible, la idea de
estos agentes nos permite pensar en “invisibilizar las tecnologías” y centrar la
atención en el desarrollo de saberes, habilidades y destrezas para adquirir,
procesar, administrar y comunicar conocimientos de manera selectiva, efectiva y
multicontextual.
Silva
agrega que el mundo actual requiere de sujetos que sepan cómo hacer las cosas (know
how) más que de entes que únicamente repliquen procedimientos. En otras
palabras, individuos que reconozcan cuál es la información relevante, por qué y
fundamentalmente cómo se conecta con otras fuentes. Esto
plantea inevitablemente el desafío de buscar esquemas más adaptables,
permeables e inclusivos, que nos permitan reconocer los saberes adquiridos
independientemente de que cuenten o no con una anotación que los respalde.
Conclusión
En una “sociedad
del conocimiento” las estructuras y procesos de la reproducción material y
simbólica de la sociedad están tan impregnados de operaciones de conocimiento
que el tratamiento de información, el análisis simbólico y los sistemas expertos
cobran primacía frente a otros factores de reproducción como capital y trabajo.
Las “Sociedades del conocimiento” no son simplemente sociedades con más
expertos, más infraestructuras y estructuras tecnológicas de información, sino
que la validez del concepto depende de la verificación de que la producción, la
distribución y la reproducción del conocimiento ha cobrado una importancia
dominante frente a los otros factores de la reproducción social.
Una de las
características de la ‘sociedad del conocimiento’ es la transformación radical
de la estructura económica de la ‘sociedad industrial’, de un sistema
productivo basado en factores materiales hacia un sistema económico en que los
factores simbólicos y basados en conocimiento son dominantes. Factores
cognitivos, creatividad, conocimiento e información contribuyen cada vez más a
la riqueza de las empresas.
Referencia Bibliográfica
- Cobo
Romaní, Cristóbal; Moravec, John W. (2011). Aprendizaje Invisible. Hacia una
nueva ecología de la educación. Col·lecció Transmedia XXI. Laboratori de
Mitjans Interactius/Publicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona.
Barcelona.
- Recuperado
de Pagina Web: http://www.oas.org/es/temas/sociedad_conocimiento.asp
- Recuperado
de Pagina Web: http://www.ub.edu/geocrit/b3w-683.htm
- Recuperado
de Pagina Web: https://es.unesco.org/node/251182
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